Santitos es una novela muy audaz, con un realismo magico que a ratos recuerda a Gabriel Garcia Marquez, pues las palabras de la autora tienen ese sabor de "no me olvides " que tiene Gabo. Esta novela trata el tema mas tragico para una mujer; la muerte de un hijo, algo que sin duda provocaria miles de lagrimas, sin embargo en esta ocasion no provoca ninguna, al contrario siempre nos mantiene una sonrisa en los labios, de una manera que hace este libro fantastico, tan real pero a la vez tan irreal. Esperanza la protagonista es una mujer buena y sincera (demasiado) bastante habladora que ve la vida pasar desde un pueblito en Veracruz, Mexico, hasta que pierde a su hija y se enfrazca en una busqueda movida solamente por su fe.....porque eso es lo que mueve a esta historia la FE, Esperanza recorre un camino que jamas imagino, todo por su fe y el deseo de tener con ella a su hija...hay no se que mas decirles, salvo que esta novela me encanta, la he leido como 3 veces y es una de las pocas que me han encantado cuando fue llevada al cine (tal vez porque la autora escribio tbien el guion para el cine xd) es tan fresca!, tan divertida, las charlas en el confesionario son algo unico, la manera de narrarla la hace tan rica, siempre divertida siempre tratando de profundizar pero sin llegar a nada y refleja tan bien esa costumbre que aun no se pierde en los pequenos pueblos mexicanos que es la de esa inmensa devocion a los Santitos, osea a todos, no a uno solo =) , pero bueno mejor les dejo la resena y el link de descarga y espero de verdad que le den la oportunidad, se lee tan facilito que para cuando se den cuenta ya la terminaron y quedaran con una sonrisita en los labios por todas las ocurrencias de Esperanza, me encanta el odio que le tiene al easy-off, ,ya veran porque =) ......animense y disfrutenla!!
SANTITOS, de MARIA AMPARO ESCANDON
En el pueblo soñoliento de Tlacotalpan,una joven viuda Esperanza Díaz, lleva a su unica hija Blanca al hospital para ser operada de amígdalas, un procedimiento médico completamente rutinario. Inexplicablemente, la niña muere. O por lo menos, eso es lo que le dicen a la madre. Pero como Esperanza no puede comprobar los hechos referentes al asunto, se niega a creerlo. De repente, San Judas Tadeo, el santo patrón de los casos desesperados, aparece en la ventanita grasienta del horno de Esperanza y le dice que Blanca no está muerta. Convencida de que la niña ha sido secuestrada y vendida a un burdel por traficantes de adolescentes, Esperanza--cuyo nombre recalca su característica más sobresaliente--emprende un largo viaje en busca de su hija, que la lleva a los prostíbulos de Tijuana y a los rincones más sórdidos.
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